Un día de mi adolescencia, nos reunimos varias amigas en la casa de una de ellas. Luego de un rato de conversación femenina (novios, padres, moda, PAA, miss 17, quién era virgen y quién no) la dueña de casa nos habló de una "película prohibida", en la época que lo prohibido necesariamente tenía que ver con sexo. "La tengo, quieren verla?" preguntó Alejandra. Nadie dijo que no.
En realidad, luego de una media hora de ver los pechos de la noble e intentar entender la trama de la película, nadie le hizo caso y optamos por apagar el VHS y volver a nuestra charla de chicas. No me acordé del tema hasta que, varios años después (ya en mis 20) recorriendo una fascinante feria de pulgas, volví a encontrarme con Lady Chatterley. Y no en película. Era un libro. Decidí darle una segunda oportunidad a la dama; si en los años 80 y 90 era comentario obligado, por algo sería.
Cuando terminé el libro, me corrían las lágrimas (y también los mocos). Constance Reid, una mujer inglesa muy rica y muy educada (ídola, fue a la Universidad a principios de siglo!!) hija de un pintor y de una política, contrae matrimonio con el hijo de Sir Chatterley. Al poco tiempo de casados, Clifford, el marido, regresa parapléjico de la Primera Guerra Mundial; su padre muere de la pena que le provoca saber que su linaje no tendrá continuidad. Constance quiere ser mamá, y ya sin posibilidades de engendrar un hijo, se encarga del cuidado de su marido, lo que gradualmente la sumerge en una depresión terrible. Preocupada, su hermana mayor exige al cuñado que contrate una enfermera para que lo asista y así Connie pueda recuperarse. La mansión de los Chatterley, Wragby Hall, no está cerca de grandes ciudades, por lo que la mujer gasta su tiempo libre en largos paseos por el bosque de su propiedad y ocasionales visitas a los vecinos y al pueblo cercano. En esto, Clifford le sugiere que se embarace de algún hombre "que no sea inadecuado", que él criará al niño como su hijo y será el heredero de sus títulos y propiedades, ya que nadie sabe que su parálisis le impide ser padre. No obstante, para Connie no es tan fácil, y en uno de sus paseos por el bosque conoce al guardaparques de Wragby, quien sin ser un Apolo, es capaz de moverle ABSOLUTAMENTE TODO, desde el mundo como ella lo conoce hasta la última hormona de su cuerpecito. Aunque el autor dice y repite que el hombre no es guapo y es más bien corriente, yo lo imagino así:
Mi versión de Oliver Mellors <3
(en la película no es él)
No quiero hacer spoilers, así que únicamente les digo: lectura obligada para todos los amigos de la Librotería. También les diré que esta magnífica novela se publicó inicialmente en 1928, pero fue prohibida y censurada por las descripciones detallistas y concienzudas de las escenas de sexo. David Herbert Lawrence, maestrísimo!! Erotismo del bueno y redacción maravillosa (que aprenda la atorrante que escribió la mugre del Grey, acaso no fue a la escuela esa mujer?)
Recién en 1960 se imprimió en Inglaterra. Les dejo el link para que hagan la tarea ahora mismo:
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